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En el parque El Palmeral, un espacio de ocio, se encuentran los restos de una residencia del siglo IV.

Se trata de una lujosa villa romana de carácter señorial construida en el siglo IV d.C. Presenta un patio peristilo de grandes dimensiones rodeado por un amplio corredor que da acceso a siete estancias -triclinium (comedor), oecus (salón) y cubicula (habitaciones)- decoradas con mosaicos geométricos policromos y pinturas murales. Esta mansión debió ser la residencia de una familia rica que desarrollaba su actividad en el Portus Illicitanus. Como el resto de personas adineradas de su época, daban una gran importancia a la decoración de las habitaciones con pinturas y mosaicos utilizando materiales como el mármol, el alabastro. Para evitar la oscuridad de las noches, alumbraban la casa con lámparas de aceite (candiles de barro o de bronce). Debido a su sentido religioso, en la vivienda destinaban un lugar sagrado donde rendir culto a los dioses, sobre todo a Venus, diosa protectora de los marineros.