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Es un torre andalusí construida sobre los restos de una antigua finca rustica romana, que nos ha dejado restos arqueológicos en los mismos cimientos de la torre. La fortaleza pertenecía a la conocida hoya de las Torres Albas del S. XII, construida con una sólida fábrica de tapia encajonada y para controlar el paso estratégico del rio Magre, para ir a la Albufera y el camino islámico de Xàtiva a Llíria. La torre musulmana era mas alta que la actual, y estaba coronada por almenas, parecida a la torre de Espioca de Picassent. Además, disponía de una barbacana o antemural perimetral similar al conservado a la torre cercana de Alédua en Llombai. Formaba parte del recinto amurallado de una alqueria musulmana en que estrategicamente situada, estaban vinculadas con un sistema defensivo de un area geografica determinada, en vias de comunicación, en montañas, valles y rios. La torre de una alqueria estaba totalmente integrada en ella y se podía utilizar como almacén o granero de la comunidad campesina que residía en ella. Jaume I donó el lugar y la torre al caballero Pero de Montagut, que transformó la torre en un castillo o fortaleza señorial. A tal efecto se rebajo el baluarte o paso de ronda perimetral, uniéndolo a la torre con una bóveda de cañón que le dio un aspecto de caja fuerte o granero. A partir del S. XVIII, el castillo perdió toda función defensiva y de protección, utilizándose durante varios siglos para otros menesteres.