Estos tres pasajes del recinto histórico de la Villa los encontramos rodeando la Iglesia Parroquial. El primero, el pasaje de la Pedresa o de la Parra, fue construido en el siglo XVII para comunicar el casco histórico con el nuevo barrio de Santa Bárbara (actualmente de El Cerrito). El segundo, el pasaje de la Jordana, es posiblemente el más antiguo que encontramos, datado anteriormente al siglo XV era el que comunicaba con el Lavadero Menor que existía extramuros de la Villa (hoy por hoy desaparecido) y el tercero el del Molinillo, está considerado para muchos la puerta nocturna de acceso al recinto de la Villa cuando la principal en la antigua Plaza del Moral (hoy Plaza de la Constitución) se cerraba por motivos de seguridad. Este último comunicaba con las huertas bañadas por la acequia árabe del Molinillo, la que nace de la Balsa de los Siete Caños, de ahí su nombre. Las tres puertas o pasajes están construidas conforme a la arquitectura bioclimática popular de la zona. Presentando muros de piedra gruesa y vigas de madera.

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