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A más de 820 metros de altitud y rodeado por los ríos Cantavieja y La Cuba, nos encontramos con un bello pueblo de interior: ¡bienvenidos a la Mata de Morella! Este pequeño destino de menos de 200 habitantes está situado en la provincia de Castellón, a 20 kilómetros de uno de nuestros pueblos más bonitos, Morella. La agricultura y la ganadería son, desde la Edad Media y hasta nuestros días, sus fuentes de sustento y su modo de vida. ¿Te vienes a descubrirlo?

Qué ver en la Mata de Morella

Cuando visitemos la Mata de Morella, debemos, sin duda, adentrarnos en sus calles estrechas llenas de historia para iniciar un viaje en el tiempo e imaginarnos cómo era la vida en el pasado. La primera parada de nuestro recorrido será la nevera, antiguo lugar de almacenamiento de la nieve, la cual se mezclaba con paja para mantener la temperatura que permitiría su posterior venta. Actualmente, tras una delicada restauración, acoge un museo etnológico sobre la Espardenya

Para imaginarnos cómo se relacionaban los habitantes de la Mata de Morella, visitaremos el horno. Este rincón siempre ha sido un lugar de reunión al que se le han dado distintos usos. En primer lugar, fue un mercado donde se citaban los comerciantes que vendían lana. Posteriormente, fue un horno al que los vecinos acudían para cocer su pan y, al mismo tiempo, socializar. Actualmente, sigue siendo un punto de encuentro, ya que aquí se ubica un restaurante del pueblo. 

Sin alejarnos demasiado, nos encontraremos con un gran atractivo de la Mata de Morella, el Palacio del Ayuntamiento, declarado Bien de Interés Cultural. Este edificio refleja muy bien la arquitectura civil aragonesa y, en su planta baja, se sitúa la antigua prisión. Merece la pena descubrirlo para impregnarse de la cultura e historia de la localidad.

Hablando de historia y cultura, cabe destacar que, a lo largo de los siglos, han pasado numerosas familias de la alta nobleza por el municipio de la Mata de Morella. Una prueba de ello son los edificios palaciegos que mantienen vivo su legado, como la Casa Cremada, el Palacio de los Vallés y la Casa Palacio de los Pedro y la Figuera. 

Por último, también hay que mencionar los bellos parajes naturales de los que presume este pequeño rincón de Castellón. Algunos de ellos son Les Calderetes, unas pozas naturales que ha formado el río a su paso, y el Toll Negre, un embalse natural del que se desconoce su profundidad. 

Planifica tu visita a este bello pueblo de interior y goza de una experiencia única entre naturaleza e historia.

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