Imprescindibles
Si te decantas por el interior para conocer su historia y su insólito paisaje, lugares como Bocairent, Requena, Morella, Sant Mateu, Biar, el Castell de Guadalest son algunos de los municipios que no querrás perderte. Y para descubrir la pura esencia mediterránea, un paseo por las calles de Jávea, Peñíscola o Gandia, entre otros, será una auténtica delicia. ¡Un día de sol y playa en un entorno único!
Además, la gastronomía tradicional y casera de cada una de las localidades pondrá el broche de oro a tu estancia. No puedes decir que nos has visitado sin probar la paella hecha a leña o algún arroz elaborado con los ingredientes tradicionales. ¡Una experiencia que tu paladar jamás olvidará!
Monumentos Imprescindibles
Solo tienes que dar un paseo por las calles del centro de Segorbe para contemplar parte de su historia. Sus monumentos, sus edificios o el trazado de sus calles son un claro reflejo del pasado de esta localidad.
Segorbe cuenta con un conjunto monumental que merece la pena visitar. Además, está declarado Bien de Interés Cultural. ¿Quieres empezar la ruta?
Uno de los enclaves más representativos es el Castillo, que se encuentra en lo alto del Cerro de Sopeña. Desde ahí podrás disfrutar de unas maravillosas vistas espléndidas de la vega del río Palancia y de la Sierra de Espadán.
Otro de los monumentos que no puedes dejar escapar es la Torre de la Cárcel, situada en una de las antiguas puertas de acceso a la ciudad. O sus murallas medievales, todo un tesoro de la historia, ya que son uno de los restos arqueológicos más antiguos de Segorbe.
No puedes irte de aquí sin ver el Acueducto Medieval. Este monumento data de los siglos XI y XII y es un claro ejemplo de las obras de ingeniería con las que se abastecía de agua al resto de la localidad.
Por su parte, en el interior del Arco de la Verónica podrás observar la imagen de la Santa Faz, de ahí su nombre. Algunos historiadores definen su construcción como propia de la época musulmana, mientras que otros le atribuyen un origen romano e, incluso, medieval.
Recorrer sus calles y contemplar todos estos monumentos es como viajar en el tiempo. Solo tienes que dejarte llevar y sorprenderte a cada paso que des. ¡Segorbe te encantará!
En el año 1695 se bendijo solemnemente la iglesia, lo único que resta del antiguo conjunto monástico. S. XVII, estilo barroco.
De una sola nave con una rica decoración barroca, elementos ornamentales de hojas, rosetas, cestillos, querubes y tenantes. El exterior presenta un interesante juego de volúmenes y una buena fachada.
El Castillo de Enguera puede ser una gran opción a la que dirigirte en una ruta senderista muy interesante, a poca distancia del municipio, ¡los alrededores de Enguera están llenos de lugares que te encantará conocer!
Este castillo era de carácter defensivo, y el origen de las primeras construcciones del monumento lo sitúan en el siglo IX, aunque su historia fue muy longeva ya que también se han encontrado restos del siglo XVIII.
Declarado Bien de Interés Cultural, el también conocido como Castillo de la Encomienda de Enguera formó parte de una amplia red de infraestructuras defensivas desde las que vigilar el territorio. Fue propiedad de la Orden de Santiago, y en los alrededores encontrarás las ruinas de un poblado ibero, ¡tu ruta será un auténtico viaje en el tiempo!
Después de tu paseo te recomendamos no perderte lugares tan interesantes como su museo arqueológico o el etnológico, además de admirar casas señoriales en un paseo muy agradable por el casco urbano. ¡Prepara tu visita y conoce este monumento con tanta historia en sus muros!
La sede de la “Societat Recreativa l’Agricultura” se alza sobre la antigua casa y granero de la Señoría. La casa del Maestro de la Orden de Montesa. En este edificio el arquitecto, Julián Ferrando, el año 1936 utilizó unos recursos semejantes a la casa que se había construido en la Calle Pou, 26. El chaflán permitía que el casino fuera más visible desde la Plaza del Ayuntamiento. Además, dotó de más presencia la fachada principal. La sociedad actual fue fundada en 1952, anteriormente se llamaba “Caza y Pesca”.
La “Societat Recreativa de l’Agricultura” es un casino históricamente conservador, ya que tradicionalmente pertenecía a las familias acomodadas de la ciudad.
En el interior encontraréis fotografías del anterior edificio, así como diversas fotografías antiguas sobre el cultivo del arroz, obra de Miguel Ángel López Egea, varias pinturas de autores locales, destacando la obra de Conrado Meseguer.
Ubicada en el centro de la ciudad, se encuentra entre la iglesia de “Sant Pere” y el Ayuntamiento de Sueca.
En sus orígenes, la torre, de origen árabe, daba acceso a la ciudad. Posteriormente se construyó junto a ella un almudín, un edificio para pesar el trigo antes de llevarlo a los molinos. En el siglo XIX albergó la fundación de una logia masónica, decorada con frescos de la vida cotidiana del antiguo Egipto. En su interior se conservan vasijas, mosaicos romanos, lucernas y otras antigüedades.
La Torre, en la cual se ubica el Ayuntamiento, es destacable por el reloj que se encuentra en lo alto. Éste es un mecanismo en el que aparecen dos figuras humanas conocidas como Miguel Calendura, la de mayor tamaño y que hace sonar las horas, y Vicentet Calendureta, la más pequeña, y que anuncia los cuartos.
El recinto amurallado fue utilizado por los cristianos para protegerse de la población musulmana, ubicada extramuros. El trazado de toda la muralla fue reconstruido, por lo que actualmente existen restos de sus modificaciones y restauraciones. La muralla estuvo plagada de torres de las que se mantienen algunas y entre las que destacan la Torre de la Calaforra y la Torre del Consell.
La Iglesia Parroquial de la Natividad de Nuestra Señora en Sagunto, también conocida como Iglesia de Santa María, es un templo con mucha historia, ¡como esta ciudad romana llena de monumentos que visitar! Está construida sobre los restos de una antigua mezquita, y se empezó a levantar en 1334, aunque su recorrido para llegar al templo que conocemos en la actualidad se repartió a lo largo de los siglos siguientes, hasta el XVIII.
El interior te encantará, con tres naves con capillas laterales, ubicadas entre los contrafuertes. En cuanto al exterior de la Iglesia Parroquial de la Natividad de Nuestra Señora, destacan los estrechos y altos ventanales y su portada. Además, cuenta con un campanario que fue reedificado a principios del siglo XX sobre la base de una torre del siglo XVIII que fue demolida en el siglo XIX. Además de este templo, te recomendamos visitar la Ermita de la Santísima Sangre, ¡y por supuesto el Castillo y el Teatro Romano! ¿Te animas a conocer esta ciudad llena de sorpresas, historia y monumentos?
Manises es famosa por su tradición cerámica, una actividad emblemática de la ciudad y que ha puesto a Manises en el mapa en todo el mundo. Pero si te acercas a visitar esta localidad de Valencia descubrirás muchos otros rincones que tienen cosas que contarte.
Uno de ellos es el Acueducto Els Arcs. Esta construcción ha sido declarada Bien de Interés Cultural y, aunque alterada por el paso del tiempo, sigue siendo una joya de la arquitectura de la comarca de l'Horta Sud.
Este acueducto se encuentra en el Barranco Salt de l'Aigua. Respecto a su antigüedad, la primera referencia se encuentra en una orden del rey Jaime I en 1273, que hablaba de la necesidad de restaurarlo. Después saltamos al siglo XIX y encontramos otra mención al acueducto en los documentos del estudioso francés Jaubert de Passa. Aunque al principio se creyó que era una construcción romana, las investigaciones más recientes lo sitúan en la época musulmana.
La función de Els Arcs era superar el desnivel del barranco para poder llevar agua de la acequia de Quart a las poblaciones vecinas. Si te acercas a visitarlo observarás 28 arcos que con el paso del tiempo han ido formando estalactitas debido a las filtraciones; el resultado final es cautivador.
A día de hoy todavía discurre agua por al acueducto, que se adaptó en la década de los 70 para seguir siendo útil. Si te interesa el patrimonio histórico, te invitamos a acercarte al Barranco Salt de l'Aigua y observar un acueducto que, tras siglos de historia, se ha conservado hasta nuestros días.
Cómo ocurre en casi todas las iglesias o construcciones monumentales serán necesarios distintos momentos para ser concluidas y también pueden sufrir remodelaciones para adaptarse al contexto artístico o histórico. En este caso la estructura de la iglesia de Benigembla marca tres fechas diferentes: el campanario al 1833, la iglesia como tal en 1895 y la interior fecha del 1913. Posteriormente, ya al 1994, el campanario será restaurado y decorado.
Si nos fijamos en el estilo artístico es neoclásico a excepción de el campanario que es barroco. Adentro se fueron conformando altares hasta llegar a ocho, más el altar mayor, y dieciséis son los santos que rellenan la iglesia. Durante la Guerra Civil española muchas imágenes fueron quemadas, y es por eso que algunos de los que podemos ver hoy, como la figura de Sant Josep o la de la Virgen Milagrosa junto a algún altar, son donaciones de los vecinos del pueblo.
San José, patrón actual del pueblo, le da nombre a la iglesia y responde directamente a esta época de posguerra, puesto que fue la primera pieza al componer la nueva iglesia después del conflicto. Antes de este periodo los benigemblins rendían culto a la Purísima, esta devoción vendía de siglos anteriores cuando el pueblo no tenía una propia parroquia y formaba parte de la de Parcent.
Como anécdota, durante la guerra la iglesia fue usada como almacén de alimentos, pero acabó cerrándose a consecuencia de los progresivos ataques que sufría.